Tras intensas conversaciones, a las 02.24 hrs representantes de los distintos partidos políticos con representación parlamentaria, comunicaron el acuerdo alcanzado para establecer un mecanismo para una nueva Constitución Política para Chile.
Sólo se restaron de este acuerdo, el Partido Comunista y la Federación Regionalista Verde Social.
El texto del acuerdo alcanzado tras dos jornadas de diálogo, fue leído por el presidente del Senado, Jaime Quintana (PPD), quien lo calificó como «una victoria de todo el país, y lo que hacemos es ponernos a la vanguardia de la elaboración de un nuevo contrato social», indicó, reconociendo que el denominado «acuerdo por la paz y una nueva constitución» nació de la movilización pacífica de millones de chilenos, a partir del 18 de octubre pasado.
Audio del presidente del Senado, Jaime Quintana
PROCESO
La primera etapa del proceso implica un plebiscito de entrada, en el mes de abril del próximo año, con la idea de que la ciudadanía decida si quiere o no una nueva Constitución, y si la nueva Carta Magna es realizada por una Convención Constituyente, 100% ciudadana; o por una Convención Mixta, que incorpore a parlamentarios.
Los integrantes del grupo que «escriba» la nueva Constitución, a partir de «una hoja en blanco» se elegirían en conjunto con alcaldes y concejales, en octubre del próximo año, bajo sufragio universal voluntario, y bajo el mismo sistema con que son electos los parlamentarios. Su mandato expirará junto con el termino de la redacción de la nueva Constitución.
Además, quienes hoy ostenten cargos políticos, y decidan participar del proceso constituyente, sean parlamentarios o funcionarios públicos, perderán esos puestos una vez que sus candidaturas sean aceptadas por el SERVEL; y tras el término de sus funciones no podrán volver a postularse a un cargo de elección popular, en un plazo de un año.
El proceso de conformación de la nueva Constitución se estipuló en un plazo de 9 meses, con la posibilidad de prorrogarse solo en una ocasión por tres meses adicionales. Los acuerdos que se tomen requerirán de dos tercios de los integrantes del grupo constituyente, quorum que permitiría mantener equilibrios en la elaboración de la nueva Carta Magna. Y el texto final sería ratificado en un nuevo plebiscito, con voto obligatorio, sesenta días después de alcanzarse un texto definitivo.
El texto del acuerdo suscrito, será elevado al Congreso Nacional. Los presidentes de los distintos partidos aseguraron los votos de sus parlamentarios para un trámite rápido.