Este domingo se llevan a cabo las elecciones generales en Bolivia, que se repiten un año después de los fallidos comicios que derivaron en una crisis en el país, con la incertidumbre de si servirán para reafirmar la democracia.
El país vecino se debate en la duda si se logrará un Gobierno salido de las urnas, después de casi un año con una mandataria interina, Jeanine Áñez, o la posibilidad de una nueva crisis, un miedo que llevó a los bolivianos a acaparar víveres desde hace unos días.
Las elecciones se realizan un año después de los comicios del 20 de octubre de 2019, cuando se anuló el resultado que daba como ganador al ex presidente Evo Morales, tras denuncias de fraude, hecho por el cual se abrió un proceso judicial y dejó al ex mandatario fuera del país.
Es por esto que existen algunas dudas respecto a los resultados que puedan salir de estas elecciones, por ejemplo, el partido MAS -primero en las encuestas- llevará un propio sistema de cómputo.
Unas elecciones esperadas
Este domingo 7,3 millones de bolivianos están llamados a elegir presidente, vicepresidente, senadores y diputados entre cinco candidaturas, tras retirarse tres durante la campaña.
Una de ellas la presidenta interina Áñez, que en esta jornada recordó que la votación (postergada en dos ocasiones por la pandemia) se desarrollará con un protocolo sanitario para evitar contagios de Covid-19.
Turnos de mañana y tarde, una hora más de votación, el uso de mascarillas y el distanciamiento social en las filas de votación son algunas de las medidas preventivas, en un país con más de 8.400 fallecidos y cerca de 139.000 positivos del coronavirus.
Esta es la coyuntura en la que Bolivia llega a su cita electoral, en medio de la pandemia y en espera de si el MAS de Morales gana en primera vuelta, con Luis Arce Catacora, pues desde sus filas se ha advertido de que si no es así será por un fraude y habrá convulsión.
O si va a una segunda con el ex presidente Carlos Mesa de Comunidad Ciudadana, que ya gobernó en 2003 hasta su renuncia en 2005 también entonces en un país convulsionado.
Tanto Arce como Mesa son los favoritos en las encuestas, con un 30 por ciento y 24 por ciento de favoritismo, respectivamente.
Respecto a la duda con el conteo de votos, según la ley electoral boliviana, primero se conocen los resultados preliminares este mismo domingo, tanto del país como del extranjero, pero no son los definitivos, ya que los resultados finales son revelados siete días a partir del día de votación.
En tanto, por primera vez en la historia del país, las elecciones presidenciales podrían definirse en una segunda vuelta, una modalidad que fue introducida en la Constitución aprobada en 2009 por el gobierno de Morales, y si se da esta situación, se realizarían el 29 de noviembre.
