Lo que algunos apostaban que podría tardar varios días -y en medio de las voces de un eventual veto-, el Presidente Sebastián Piñera decidió concretarlo en tan solo 24 horas: promulgará hoy la reforma constitucional que permite a los afiliados retirar el 10% de sus fondos de pensiones, luego de que ayer el Congreso despachara el proyecto.
«La decisión del Presidente obedece a su intención y voluntad, dada la difícil situación económica y social que viven muchas familias y compatriotas, de facilitar y agilizar el retiro de estos fondos de ahorros previsionales por parte de las personas habilitadas», informó el jueves La Moneda a través de un comunicado.
Y ante esto, los actores ya se preparan, consideran las numerosas solicitudes que se esperan para concretar el retiro. El presidente de la Asociación de AFP, Fernando Larraín, aseguró que «las Administradoras de Fondos de Pensiones pondremos toda nuestra energía para que quienes necesiten retirar parte de sus fondos lo hagan de manera simple, informada y ágil».
Mientras que el Banco Central informó que intensificará su monitoreo ante los posibles efectos sobre el mercado financiero que esto podría generar», con el propósito de «adoptar, si fuera necesario, las medidas que sean de su competencia para mitigar eventuales disrupciones que pudieran comprometer la estabilidad financiera», previniendo así «aumentos excesivos en la volatilidad de los mercados y contribuir a que los ajustes de portafolios sean ordenados y con señales de precios confiables».
En tanto, desde el mercado, también comenzaron a ajustar sus proyecciones sobre el impacto que tendrá esta medida. De acuerdo con una estimación preliminar expuesta ayer por Scotiabank, la inyección a consumo neto sería, según su escenario «favorito», de US$10 mil millones, lo que podría tener un efecto positivo de entre 3% y 3,5% en el PIB nacional.
«Es decir, si se esperaba que la economía se contrajera 7% en 2020, al incorporar esta inyección neta por ese monto durante lo que resta del año, la economía terminaría con una contracción más cercana a 4%», señaló la entidad.
Esta «fuerte inyección neta de liquidez», añadió, tendría efectos «sobre el sector comercio que serían de primer orden, efectos indirectos sobre la banca al disminuir en alguna medida los niveles de apalancamiento de personas, y también sobre la recaudación tributaria del IVA, entre otros».
De hecho, sobre el costo fiscal de US$6 mil millones que el Gobierno estima que tendría este retiro, Scotiabank sostuvo que sería «compensando parcialmente en el corto plazo» por la recaudación de IVA que esto generaría al impulsar el consumo privado. Junto que anticipar que «nuestro ejercicio no incorpora eventuales efectos financieros relevantes».
«Un efecto reactivador importante»
Según Tomás Izquierdo, economista de Gemines Consultores, «en muy corto plazo hay un efecto eventualmente de presión bajista sobre el tipo de cambio, producto de las liquidaciones de las AFP de sus fondos en el exterior», y un «efecto eventual al alza en las tasas de interés que ya está recogido.
Ya uno está viendo que las tasas libres de riesgo de largo plazo han tenido un rebote, no muy significativo, pero tienen algún efecto de rebote». «Pero ojo», agregó, «hay varios elementos que se están conjugando y que actúan algunos en sentido contrario».
Pese, explicó, a una depreciación del dólar a nivel internacional, un precio del cobre que se ha «afirmado bastante bien» y un eventual escenario de mayor liquidez de corto plazo por las liquidaciones de las AFP, «el tipo de cambio no ha caído tanto», lo que podría haberlo compensado el riesgo «institucional y político» que hay en Chile, debilitando la moneda local frente al dólar.