No son halagüeñas las expectativas y proyecciones para un sector que ha tenido históricamente un importante aporte a la economía del país de entre un 2 a un 3 % del PIB.
Este año 2023, se proyecta una reducción de las exportaciones , lo que inevitablemente golpeará en cadena a los contratistas forestales , a las pymes madereras y también a las economías locales y, a todos aquellos actores relacionados como las barracas, el taxista, el mueblista y la señora que vende tortillas con mariscos en Laraquete.
Todo proyecto de forestación tiene una duración de al menos 15 a 20 años con especies introducidas y, con especies nativas podemos llegar a un horizonte de 60 y hasta de 100 años. El proyecto de inversión forestal requiere una mirada de largo plazo, por lo tanto, todo lo que dejemos de hacer hoy , nos faltará en 15 años más o en su defecto en 60 años.
Desde hace más de 10 años que en el sector no hay iniciativas legales aprobadas cuyo objetivo sea corregir , mejorar e incentivar y fomentar la actividad forestal, para que estas sean el soporte y respalden la instalación de nuevos proyectos forestales o industrias que promuevan el uso de la madera y los productos derivados del bosque.
La falta de incentivos a la forestación ha provocado un descenso en las tasas de forestación desde un promedio de 35.000 a 40.000 hectáreas /año hasta el año 2012 , a un promedio de 2.180 hectáreas /año en los últimos 10 años (Conaf, 2022).
Si analizamos el caso del bosque nativo, con un recurso disponible de 4 millones de hectáreas potenciales para uso comercial, la ley N° 20.283 promulgada el año 2008, buscaba proteger y recuperar las especies nativas de los bosques naturales factibles de manejar comercialmente .
¿Cuál ha sido el resultado? En los últimos 11 años esta ley ha subsidiado el manejo de 4.214 hectáreas año promedio ( Conaf , 2022) con un insuficente valor del subsidio ($ / hectárea) y también con muchos problemas administrativos y de control.
Es tiempo que el Estado, a través del Ministerio de Agricultura y la Corporación Nacional Forestal , comiencen a poner en marcha la Política Forestal definida para el período 2015 – 2035 convenida entre gremios, academia y gobierno, que tiene como objetivo desarrollar un modelo forestal dinámico , inclusivo , ambiental, local y social . Lo cierto es que desde su publicación en el diario oficial el 26 de Abril del 2017, la política forestal no muestra avances relevantes y su promulgación no ha sido un real aporte al sector.
Nuestra institucionalidad forestal debe adoptar la frase de una certificadora del manejo responsable de bosques del mundo : “ Bosques para todos para siempre “ . Es decir , no debemos legislar para ponerle candado a nuestros bosques naturales y eliminar los incentivos para forestar y/o reforestar limitando el establecimiento de plantaciones de lento y rápido crecimiento, por el contrario, debemos legislar para manejar con criterio de sostenibilidad ambiental, social y económica nuestros recursos naturales , para que en el
futuro sean utilizadas por las nuevas generaciones .
Si al estancamiento en políticas públicas en el sector forestal de parte del Estado, le agregamos algunas variables exógenas como la violencia terrorista, que a los contratistas forestales nos tiene arrinconados y, le sumamos la intencionalidad en los incendios de vegetación , podemos concluir que desde las regiones de Maule al sur la industria forestal tiene un INCIERTO FUTURO.
Asociación de Contratistas Forestales A.G.