En su cuarto y último Informe de Política Monetaria (IPoM) del año, el Banco Central corrigió con fuerza su proyección de crecimiento para 2019 y expuso el «sombrío» panorama para la economía chilena, descartando que la actividad pueda expandirse por sobre un 2% este año.
Así, en medio de los efectos de la crisis que vive el país desde el 18 de octubre, el ente rector pronosticó que el PIB de 2019 crecerá 1%, por debajo del rango entre 2,25% y 2,75% estimado en el IPoM de septiembre. Una proyección que, según el informe, «contempla que tanto el consumo como la inversión tendrán variaciones anuales negativas en la última parte de 2019».
Cabe destacar que el 1% pronosticado por el Central se trata del peor desempeño anual de la economía chilena desde la crisis subprime en 2009, cuando la actividad se contrajo un 1,6%.
Respecto a 2020, y considerando que «las proyecciones de este IPoM se construyen en un contexto de mayor incertidumbre que la habitual» dada la crisis, el instituto emisor proyectó que el PIB de 2020 crecerá entre 0,5% y 1,5%, por debajo del rango entre 2,75% y 3,75% estimado en septiembre.
Por su parte, para 2021, el Central corrigió sus previsiones desde un rango entre 3 y 4%, hasta uno entre 2,5% y 3,5%.
«Esto supone que las disrupciones que están afectando la economía irán desapareciendo en el curso de los próximos trimestres, al mismo tiempo que se irá reduciendo la incertidumbre que afecta las decisiones de consumo y de inversión», explicó la entidad.
Ante las nuevas estimaciones para la economía chilena, el instituto emisor recalcó que «el escenario macroeconómico sufrió un cambio abrupto a partir de mediados de octubre. Hasta ese momento, la economía se había comportado en línea con lo previsto en el IPoM de septiembre».
«La crisis que se inició el 18 de octubre se ha caracterizado por demandas sociales que han llevado a la discusión de cambios institucionales relevantes y mayores presiones en el gasto fiscal. Este proceso, sin embargo, ha sido acompañado de episodios de violencia significativos y prolongados, los que han provocado importantes disrupciones en el sistema productivo, incidiendo fuertemente en una menos actividad y debilitando el empleo», expone el Central en el informe.
Derrumbe en la inversión de 2020
El Banco Central corrigió de manera importante la evolución esperada para inversión en 2020 ante «un descenso significativo de la inversión privada no minera, coherente con la mayor incertidumbre y el agudo deterioro de la confianza empresarial, los mayores costos que enfrentan las empresas y el deterioro de las condiciones financieras».
Así, el ente rector recortó para el próximo año desde un 4% a un -4% sus estimaciones, centrándose dicha contracción en los sectores no mineros. Para 2019, en cambio, el Central prevé que la Formación Bruta de Capital Fijo (inversión) crezca 2,5% «principalmente por su comportamiento en los tres primeros trimestres del año».
Cabe destacar que la entidad sostuvo que «si la inversión se resiente más allá de lo contemplado, por ejemplo, si se postergan los grandes proyectos del sector minero y/o la inversión habitacional sufre un ajuste más pronunciado, se podría observar un aumento aún mayor del desempleo y un crecimiento cercano a los valores inferiores del rango proyectado».
Lo anterior, de acuerdo al análisis del Central, aumentaría «la posibilidad de atravesar por una recesión -dos trimestres consecutivos con una variación trimestral negativa del PIB- durante 2020».
Inflación al alza Ante las diversas medidas que ha adoptado el BC para contener la alta volatilidad del tipo de cambio, el ente rector decidió mantener ayer la Tasa de Política Monetaria (TPM) en 1,75% y destacó que «el Consejo considera que el estímulo monetario es el adecuado para el logro de la meta de inflación».
En ese sentido, la estimación a diciembre de 2019 aumentó de 2,7% a 3,4% y se señaló que «se proyecta que la debilidad de la demanda contrarrestará parcialmente el efecto del mayor traspaso a precios de la depreciación del peso».
Para 2020, la inflación del IPC fluctuará en torno a 4% durante gran parte del año, para luego converger a la meta (3%) hacia medidados del año siguiente.
Presión en el mercado laboral
En el informe, el Banco Central destaca que «diversas fuentes de información apuntan a que el mercado laboral ya estaría deteriorándose».
«Por un lado, en la encuesta del Banco algo más de la mitad de quienes respondieron creen que su dotación tendrá algún descenso en el 2020. Por otro, respecto de igual mes del 2018, las cifras de la Dirección del Trabajo de noviembre mostraron un aumento de casi 13% en el número de finiquitos laborales, lo que se explica casi en su totalidad por despidos por ‘necesidades de la empresa”.
Con todo, el Central advirtió que «de mantenerse la relación histórica entre la demanda de trabajo y la actividad, y de no producirse cambios significativos por el lado de la oferta, la tasa de desempleo podría superar el 10% a inicios del 2020».
Respecto a los ingresos, el ente rector explicó que «al cierre estadístico de este IPoM no se disponía de información de los sueldos durante octubre. Sin embargo, es previsible una reducción de los ingresos de las personas, por conceptos de comisiones por ventas, horas extraordinarias, turnos de trabajo que no pudieron realizarse y trabajadores no asalariados que no pudieron efectuar sus actividades de forma habitual».
Escenario internacional
Respecto al escenario internacional se prevé que éste no proveerá un impulso significativo al crecimiento chileno. El escenario base -tras la fuerte corrección a la baja que se realizó en septiembre- sigue previendo que el crecimiento mundial del bienio 2020-2021 será de los más bajos de la última década, dijo el Central.
Así, el informe recalcó que la atención mundial sigue centrada, en gran medida, en la guerra comercial entre EE.UU. y China, sobre la que se mantiene la incertidumbre respecto de los resultados de las negociaciones y de sus efectos directos e indirectos.
«Si bien desde el IPoM pasado se observó un acercamiento entre las partes, aún no es segura la materialización de un acuerdo, al agregarse al conflicto central otras aristas de carácter político», explicó.
Respecto a América Latina, la entidad advirtió que «enfrenta una escalada de conflictos políticos y/o sociales que ha acentuado el deterioro de la actividad y sus perspectivas, con índices de confianza que han descendido ante la incertidumbre asociada a estos eventos».
A nivel global, «las condiciones financieras se mantienen sensibles al desarrollo de las tensiones vigentes, como reflejan algunos indicadores de volatilidad. En medio de la mayor expansividad de la política monetaria global, las noticias sobre la guerra comercial han sido un factor común en la evolución de los mercados».
Fuente: Emol.