Contra Everton no era un partido cualquiera para la U. Johnny Herrera, el último ídolo azul, volvía al Nacional con la camiseta ruletera. El arquero se fue a fines del año pasado del cuadro laico disparando contra la dirigencia y contra el técnico Hernán Caputto. No hubo homenaje oficial para él, pero la gente lo llenó de cariño. Herrera respondió siendo la gran figura en un encuentro que acabó empatado a cero.
Con este resultado, los estudiantiles se quedan con 14 puntos, a dos de la UC, que todavía tiene que jugar con Unión Española. Los de Viña del Mar, en cambio, se mantiene en la octava posición con nueve unidades.
El cuadro azul tomó el protagonismo desde el inicio, pero no tenía fluidez ni velocidad para desarmar la poblada defensa de Everton. Tanto Walter Montillo como Pablo Aránguiz eran absorvidos por la marca y a los delanteros no les llegaba una pelota. Solo hubo dos llegadas claras del local y en las dos se lució Herrera. Primero desvió un misil de Camilo Moya y después le ganó en el achique a Joaquín Larrivey.
En el segundo tiempo, la U se adelantó, pero no mostraba ideas. En ese gris escenario, Pablo Aránguiz tuvo la gran chance de su equipo. Con algo de fortuna, le quedó la pelota y disparó. Otra vez emergió la figura de Herrera.
Con muchos espacios, Everton lo tenía todo para liquidar a la contra. Lo impidió la impericia de sus delanteros, aunque también hubo polémica. Tras un centro desde la izquierda, Sebastián Galani tocó la pelota con la mano. El árbitro Francisco Gilabert estimó que primero le dio en el hombro. Sobre el final, se volvió a salvar la escuadra de Caputto. Convertía Marcos Sebastián Pol, pero lo anularon por una evidente posición adelantada.
Pese a la amargura por el resultado, la hinchada de la U no se olvidó de Herrera en el cierre del partido. Todo el estadio lo vitoreó y el golero, emocionado casi hasta las lágrimas, le fue a regalar los guantes a la barra.