En un nuevo aniversario del ataque incendiario, hijo de matrimonio fallecido en 2013 dijo que “tres de los cuatro condenados siguen en libertad”.
“La verdad es que nunca hemos querido hacer ningún tipo de actividad y no creo que ahora hagamos algo tampoco. Dada la situación que se vive en la región, no creo que haya muchos motivos para conmemorar esta triste fecha”. Así se plantea Jorge Andrés Luchsinger, uno de los hijos del matrimonio de Werner Luchsinger y Vivian Mackay, quienes fallecieron el 4 de enero de 2013, víctimas de un ataque incendiario a su fundo.
Por este hecho hay cuatro condenados: Celestino Córdova (en la cárcel), José Peralino (presidio remitido), Sergio Tralcal (prófugo) y José Tralcal (prófugo).
Para Jorge Luchsinger, “la verdad, no hemos logrado mucho; tres de las personas condenadas siguen viviendo en libertad”.
A seis años de la muerte de sus padres, ¿siente que la justicia ha actuado?
No ha sido muy efectiva, pero nunca esperamos mucho tampoco, sabíamos cómo operaban estas cosas. Pero, a pesar de todo, gracias al apoyo de mucha gente, personas e instituciones, logramos que fuera efectiva la condena de dos personas.
¿Cómo ve la violencia en la zona?
Yo le he dado muchas vueltas a este tema y creo que estamos viviendo la misma situación que había antes de que murieran mis papás. Con el temor de que en cualquier momento nos pase algo, porque mucha gente está siendo atacada, ya es algo generalizado. Y no vemos que la autoridad logre evitar la impunidad con que se hacen estos actos.
¿Comparte la petición de algunos agricultores de que el control de la zona debería estar en los militares?
Más allá de lo que yo piense, echo mucho de menos a nuestros parlamentarios. No sé si están de vacaciones, tienen miedo a los votos o no sé qué. Como representantes de La Araucanía, en algunos hay muchos silencios cómplices, y otros no ejercen la actitud que debieran tener ante el Congreso y ante las otras autoridades de gobierno para que se cumplan las leyes. Todos los sectores políticos debieran estar en una sola línea, contra la violencia, y eso lamentablemente no pasa.
Fuente: La Tercera