Hoy viernes 23 de marzo se desarrolla la segunda jornada de alegatos en la que Chile tiene la palabra. Hasta ahora, tal como lo consigna La Tercera la estrategia ha sido directa: intentar desacreditar la credibilidad de la demanda. Desde el primer momento, los abogados que litigan por la defensa presentaron pruebas para dejar en evidencia ante los jueces una supuesta falta de rigurosidad con la que, según Chile, Bolivia presentó su caso ante la Corte Internacional de Justicia.
El jueves, en el debut ante el tribunal, lo que se buscó fue “desmantelar” lo que Bolivia había instalado en los días previos, como reconoció el agente Claudio Grossman, desde las escaleras de ingreso al Palacio de la Paz, cuando salió acompañado del canciller Roberto Ampuero y de los demás miembros de la delegación para hacer un primer análisis del inicio de la presentación de Chile.
A juicio de los miembros de la defensa, Chile había logrado en esta primera jornada cumplir uno de los objetivos que se habían fijado: “resetear” la mente de los jueces para que vieran desde otro prisma el caso. “Lo que Chile ha hecho en este primer momento es dibujar con mano de cirujano para ir abordando, parte por parte, las citas y expresiones utilizadas en los argumentos bolivianos, de manera tal de demostrar que muchas de ellas estaban fuera de texto y de contexto”, dijo Ampuero.
Hace meses, el equipo había tomado nota de la debilidad que tenía Bolivia en materia de documentos probatorios. Tanto Chile como Bolivia incluyeron en la fase escrita del proceso 369 anexos, con notas diplomáticas, citas bibliográficas, mapas, y referencias a artículos de prensa, entre otras cosas. Lo que llamó la atención fue la enorme diferencia que había en el tamaño de los anexos de Bolivia y Chile.