En la región de Los Lagos, en Osorno y en la región de Los Ríos, en Futrono hay ejemplos de estos emprendimientos que necesitan de mucha paciencia para lograr el éxito con este hongo que crece bajo tierra y asociado a ciertos arboles hospederos.

Sus propiedades parecen infinitas: potente antioxidante, antiinflamatorio, aunque sin base científica se utiliza para tratar la gota y como antibiótico, la trufa es rica en potasio, fósforo, yodo, selenio, hierro, calcio, magnesio y azufre. Rica en vitamina C y vitaminas del grupo B, baja en calorías y favorece el sistema circulatorio.

En la edad media fue prohibida por la iglesia católica y catalogado como producto del demonio debido a las propiedades afrodisíacas que se le atribuían y porque además veían que crecían bajo la tierra, “cerca del infierno”.

Hoy la trufa crece en popularidad y en elevado precio, muy consumida en Europa, cultivada en el Fundo Caracol de Osvaldo Mohr a 17 kilómetros de Osorno, donde el productor de Futrono, Jordy Grau es asesor y señala que en esta fecha engordan bajo los encinos y se cosechan en invierno.

El yerno de Osvaldo Mohr, Miguel Krassnoff, es el encargado del huerto luego de especializarse en San Clemente, en una Escuela Agrícola y cuenta que el hongo se alimenta del árbol hospedero y en cuanto al retorno de la inversión, se podrían recuperar en cuatro o cinco años, señala.

El perro entrenado que las descubre para la cosecha hará su trabajo a fines de mayo o junio en el Fundo Caracol, donde hoy la trufas engordan bajo tierra.