Un lunes álgido, apurado, contra el reloj, pero… se logró la tarea. En cuanto a lo bueno y malo, el tiempo lo dirá, pero como en toda negociación, hubo conformes y no conformes.
Tras el despacho de la Comisión Mixta de la ley corta de isapres al Senado y a la Cámara de Diputados, la cual fue aprobada en ambas instancias, finalmente pudo ver la luz para aplicar el fallo de la Corte Suprema que obligó la Superintendencia de Salud, a ordenar el pago de 1600 millones de dólares desde las isapres a sus afiliados.
Uno de los puntos que causó más controversia fue el aumento del plazo para las aseguradoras para cancelar la deuda, de 10 a 13 años, a través de diversos mecanismos.
Otra polémica fue el alza que tendrán los planes de salud, lo que se calificó como un perdonazo, algo que algunos diputados, como Héctor Barría, dijeron que fue un mal menor en medio de la negociación para salvar al sistema privado y a sus afiliados.
Por su parte, el parlamentario UDI Daniel Lilayú, también hizo mención de que las consecuencias sanitarias iban a ser catastróficas si no se salvaguardaba el derecho de acceso a la salud, algo que incluso la ministra de Salud, Ximena Aguilera, argumentó durante la semana pasada.
Y desde el Ejecutivo, en medio de una actividad de la Cámara Chilena de la Construcción, el Presidente Gabriel Boric valoró el acuerdo alcanzado en el Congreso, sin dejar de repasar a las isapres por los cobros abusivos y recalcó que Fonasa también será fortalecido.
Contra el tiempo, incluso con la ley discutiéndose un año, finalmente se llegó a un acuerdo que dejó solo conformidades y no caras felices, con tal de resguardar el actual sistema privado de salud y robustecer, además, el sistema público.