Los compromisos de la COP-25

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Christian Arntz Mac-Evoy
Presidente de la Sociedad Agrícola y Ganadera de Osorno, SAGO A.G.

En noviembre se llevará a cabo en Chile la Cumbre de Líderes del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico, APEC, pero a la opinión pública ello pareciera importarle casi nada, a diferencia de la COP-25 que se desarrollará en diciembre.

APEC representó el año pasado el 66% del intercambio comercial de Chile con el mundo y desde que el país entró a este foro hace ya 25 años, las exportaciones han aumentado en un 790% a la región Asia Pacífico. Hoy, el 73% de las exportaciones chilenas y el 27% de sus inversiones en el exterior se dirigen a APEC, mientras que el 59% de las inversiones en Chile provienen de ésta.

Pero como se ha instalado que estos números son vacíos y no conectan con la “señora Juanita”, pareciera que no vale la pena hacer el esfuerzo por intentar conversar sobre ellos.

El tema, sin embargo, es que sin crecimiento económico no habrá recursos que hagan posible las medidas de mitigación frente al cambio climático. Dejar la matriz energética a carbón, por ejemplo, requiere dinero y la manera de obtener recursos es una sola aunque algunos no les guste: crecimiento económico que aumente la recaudación de impuestos y la riqueza privada para generar el círculo virtuoso del desarrollo.

En el caso específico de la agricultura, durante años hemos estado enfocados en el aumento de la productividad por hectárea para alimentar a una población creciente y hemos sido muy eficientes en ello. Ahora nos dicen que tendremos que sacar el pie del acelerador: producir menos y de manera más sustentable. Nosotros nos podremos adaptar, siempre lo hemos hecho, pero hay que tener claro algo desde un inicio: se generará un descenso de la oferta de alimentos y, por lo tanto, serán más caros.

Supongamos ahora que vamos a ser extremadamente eficientes en la generación de alimentos carbono neutral o, mejor aún, carbono capturadores. Como nuestra posibilidad de desarrollo está, como vimos más arriba, en las exportaciones, tendremos que convencer a Greta de que los alimentos chilenos, si bien están muy lejos de los demás continentes y que al tener que ser trasladados en avión o barcos, no generarán una huella de carbono mayor que nuestros competidores. Tendremos que buscar, entonces, medios de transporte carbono neutral, aprovechando nuestro enorme potencial de generación de energías limpias, si queremos seguir siendo competitivos y ya no nos bastarán nuestros esfuerzos intra frontera.

A pocas semanas de la COP 25, es bueno que comencemos a sincerar de qué hablamos cuando decimos: compromisos concretos en la “hora de actuar”.