Alexis Sánchez empieza a vivir el peor estado posible para un futbolista y, sobre todo, para una estrella: convertirse en innecesario para el equipo al que defiende. El Manchester United vence por 2-1 a Everton, en Old Trafford y el chileno tiene que conformarse con ver el partido desde la banca.
Ya la presencia del Niño Maravilla en la banca resultaba extraña. En la semana, José Mourinho había dado señales de su ausencia en el equipo en el partido ante la Juventus, por la Champions League. Culpó a una presunta lesión que el tocopillano habría sufrido mientras estuvo con la Selección en el partido ante México. El propio Reinaldo Rueda desacreditó esa versión.
A decir verdad, Manchester United no necesitó a Sánchez. Sin realizar un partido brillante, la escuadra de Mourinho tuvo la contundencia para sacarle ventaja a un Everton que, por ratos, alcanzó a inquietarlo a apurar a De Gea. Pogba, en los 27′, después de que Pickford le tapara un penal que lanzó con cierta suficiencia, marcó el 1-0.
Para peor, el francés Martial, competidor del chileno en la plaza de atacante por la izquierda, mostró su valía durante todo el partido. Por el sector izquierdo del ataque, complicó permanentemente a Gana. De hecho, fue a él a quien le cometieron la falta que capitalizó Pogba en segunda instancia. Y, en los 49′, fue quien marcó el segundo tanto.
Mourinho siguió dando señales de su desprecio a Sánchez. Su primera opción de cambio fue Romelu Lukaku.
La soberbia de Pogba, quien perdió un balón intentando salir con una jugada de lujo, derivó en un penal para el Everton. Sigurdsson ejecutó el lanzamiento y batió a De Gea, en los 78′.
Mou volvió a recurrir a la banca, pero. otra vez, no al chileno. Ander Herrera fue la segunda alternativa que utilizó el portugués, cuando decidió reemplazar a Juan Mata, a cinco minutos del final. Y Lingard, en la adición, la tercera y última. Sánchez podía volver a casa sin ducharse. Para el United y para Mourinho se hace peligrosamente innecesario.
Fuente: La Tercera