La idea nació el pasado 20 de octubre, cuando la crisis social en el país cumplía su tercer día. Se trata de la iniciativa «Desafío 10x», impulsada por las organizaciones empresariales Sistema B y G100, y en donde se busca que firmas asuman el compromiso de fijar un ingreso mínimo de $500 mil líquidos o reducir la diferencia entre los sueldos máximos y mínimos de sus trabajadores a 10 veces.
Esto último, considerando que según los organizadores de la idea, en Chile, en promedio, el sueldo de un gerente general supera en 30 veces al de sus operarios y 47 veces el sueldo mínimo, que es de $301 mil bruto.
Fue Cristián Mackenna, cofundador del sitio El Definido y miembro del G100, quien ideó y compartió el desafío para invitar a las empresas del país a contribuir en el combate contra la desigualdad, similar que lo anunciado por Andróniko Luksic, quien sostuvo hace algunas semanas que ningún trabajador directo del grupo Quiñenco ganará menos de $500 mil, a lo que adhirieron algunas otras firmas.
Así, Mackenna rápidamente llamó a las compañías pertenecientes al G100 y a Empresas B para colaborar con esto y enviar invitaciones para que otros empresarios se sumen.
«Así que luego de eso rápidamente creamos el logo, hicimos el landing, levantamos la página web y naturalmente se fueron inscribiendo empresas. Esperamos que siga creciendo ya que buscamos generar conciencia social con compañías de todas las áreas», sostuvo Mackenna.
Y agregó que «mejorar los sueldos, reducir la brecha salarial y, por ende, disminuir la desigualdad, es algo que siempre nos ha motivado».
Empresas comprometidas
Desafío 10X cuenta con 1.250 empresas que ya firmaron, lo que representa a 30.700 empleados beneficiados.
Además, el 89% de las compañías dijo que cumplirá con aquello en un plazo de 3 meses -teniendo la opción de hacerlo también en 6 meses o un año- y el 81% se acogió por establecer una brecha máxima de 10 sueldos o ambas opciones.
Por su parte, Alfredo Zepeda, fundador de ++Zepeda y miembro de Sistema B, señaló a Emol que «por un lado, queríamos que la gente ganara un mínimo suficientemente aceptable éticamente, pero también lo que queríamos era generar algo de equidad».
«Nos encontramos con situaciones de que había pymes muy pequeñitas, donde el dueño trabaja casi de la mano con sus operarios y no puede pagar $500 lucas. No puede. Pero lo que sí puede es asegurarse de que haya justicia en esta razón, en proporción. No te puedo pagar 500 lucas, pero tampoco voy a ganar $5 millones. Entonces el compromiso es tomarse una de dos: que la brecha sea 10 veces, o que el ingreso mínimo sea al menos de $500 mil líquidos», dijo.
Y destacó que «hay un buen porcentaje que fue por las dos fórmulas. Y esa es otra de las grandes sorpresas que nos encontramos, sumado a la cantidad de empresas que se han inscrito».
¿Y por qué una brecha de 10 veces?
Según Zepeda, el número de 10 veces se estableció en base a las cifras del movimiento Comercio Justo.
«Ellos tienen evidencia y estudios que una brecha de 10x genera un sentimiento de equidad en la organización. Está bien que el líder máximo de una empresa gane más que tú, la gente no tiene problemas con eso, pero cuando es 30 veces más te dicen ‘estás loco, es mucho».
«Por eso agarramos el 10x. Por supuesto que hay empresas donde esto hoy están lejos de alcanzarlo, empresas grandes y que tienen que reportar resultados de tres países. Está bien, no se puede ni siquiera avanzar en conversar estas brechas, pero sí se puede conversar que la señora del aseo gane $500 mil», añadió.
Asimismo, insistió en que lo relevante no necesariamente es que todas las compañías adhieran al desafío, sino que el tema se ponga sobre la mesa del directorio.
«Estos temas empiezan a ponerse en el directorio, pueden decir ‘no podemos llegar al 10x, no te comprometas, pero mejoremos algo la brecha. Es increíblemente bueno igual», comentó, agregando que ésta es una «bonita» plataforma para demostrar que el empresario «no es un tipo que está generando esclavitud e, independiente de la crisis, se está dando buena respuesta a sus trabajadores. Como empresarios tenemos que entender que somos parte del problema».
¿Posible política pública?
Por otro lado, sobre si apuntan a convertir esta iniciativa en una política pública, Zepeda negó aquello, asegurando, en primer lugar, que no cuentan con la suficiente información para decir que «este es el camino que necesita Chile estructuralmente», sumado a que no les agrada la idea de que este desafío se vea como una «obligación».
En cuanto a cómo se fiscalizará esto, el empresario expuso que, hasta el momento, «entendemos que la comunicación digital -o redes sociales- es un súper buen controlador de cualquier promesa incumplida y estamos conversando para ver cómo se va a hacer ese control. Creemos que esto es más liviano que una política pública de fiscalización. Tiene que ser una acción colectiva, ciudadana y empresarial, y así nos vayamos complementando».
«Lo mejor de esto es que no pareciera que es muy fácil lograrlo. Cuando uno lo hace, lo hace no buscando rentabilidad, pero cuando alcanzas el compromiso de los trabajadores, a las empresas les va mucho mejor. El empleado sin duda que esto lo valora un montón», concluyó Zepeda.
Para sumarse a la iniciativa, en la página web de «Desafío 10x» se encuentran las bases, en donde se pide a cada compañía firmar un compromiso, señalando el plazo en que se pretende alcanzar el objetivo. Además, también se le permite a los trabajadores indicar anónimamente el correo de sus jefes, y así la organización los invitará a participar.
Fuente: Emol