Miles de osorninos repletaron el centro para manifestar pacíficamente. El punto negro fueron los nuevos desmanes

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Todo comenzó a eso de las 17:30 horas del martes en las inmediaciones de la Plazuela Yungay, en donde llegó un mar de gente a apoyar las causas sociales que se están exigiendo a lo largo del país. Una convocatoria que congrego a niños, jóvenes y adultos que querían protestar de forma pacífica.

Cerca de 10 mil personas protestaron tranquilamente, haciendo escuchar sus cacerolazos por el radio céntrico de Osorno por cerca de dos horas, instancia en donde la población dio a conocer su opinión con respecto a lo que sucede en el país, comentando que la única manera de ser escuchado es salir a las calles.

“Una marcha sin violencia y sin desmanes es la manera de manifestarse” era otra de las opiniones rescatables durante la marcha, momentos antes de que comenzara el toque de queda a las 20 horas.

Minutos después del toque de queda todo cambió, un grupo minoritario de antisociales comenzó con destrozos en la Gobernación Provincial, acto que la misma población que estaba en paz y tranquila intentó evitar, lo que provocó los primeros disturbios de la jornada.

El ambiente se puso denso, bajo la mirada de un helicóptero que monitoreaba todo lo que pasaba, pero sin la presencia policial en terreno.

Posteriormente continuó una manifestación improvisada, en donde se acercaron hasta la sucursal del Banco Chile ubicado en calle Mackenna con Matta para solo llevar a cabo destrozos, prendiendo fuego en la entrada e intentando ingresar.

Más de media hora tuvo que pasar para que Carabineros y más tiempo lo militares para resguardar la situación de emergencia que se presentaba en el lugar, ahuyentando a las personas que estaban ahí con bombas lacrimógenas y perdigones.

Luego las calles del centro de Osorno se convirtieron en un desierto, ya que las personas decidieron manifestarse a las afuera de sus hogares en varios sectores de la ciudad a punta de cacerolazos, pero sin generar mayores disturbios a pesar del toque de queda.

Segunda noche de estado de excepción en Osorno que deja desmanes, los cuales empañaron una manifestación que congregó a la familia que protestaba de forma pacífica, buscando realizar un cambio en Chile.