Este martes, el ministro de Educación, Raúl Figueroa, aseguró que el sistema educativo está completamente preparado para una “presencialidad plena” este 2022.
El titular de la cartera comenzó señalando que “no existe nadie en el mundo que no esté de acuerdo con la urgencia de recuperar la presencialidad. Por eso el trabajo que ha hecho Chile en esta materia es digno de sentir orgullo”.
Es por esto que “desde fines del segundo semestre hemos trabajado con todos los establecimientos educacionales del país para proyectar un 2022 con plena presencialidad”. “Eso significa que los establecimientos están hace tiempo en conocimiento de esa medida y se han seguido preparando para poder cumplirla”, explicó.
Sin embargo, toda decisión estaría sujeta al avance del control de la pandemia: “Esto se hace en una constante coordinación con la autoridad sanitaria y son quienes tienen la última palabra”.
Figueroa finalizó asegurando que “todo el sistema, tanto desde el punto de vista pedagógico como sanitario, están preparándose desde hace varios meses atrás para que el 2022 sea un año de presencialidad plena en nuestro sistema educativo”.
Desde el Ministerio de Educación realizaron un positivo balance del desempeño del sistema educativo durante 2021, el segundo año de la pandemia.
La cartera valoró que, a noviembre, se registrara “una asistencia del 65% de los estudiantes de colegios con subvención del estado (públicos y subvencionados)”, cifra que se duplicó respecto a lo registrado en julio del mismo año.
“El año escolar culminó con un 99% de los recintos escolares con clases presenciales y un 97% de jardines con sus puertas abiertas”, agregaron, asegurando que los colegios que estuvieron más tiempo abiertos terminaron el año con mayor asistencia.
Finalmente, resaltaron que las cifras demuestran que el retorno a clases fue seguro: “al 15 de diciembre, un 80% de los estudiantes ya contaba con su esquema de vacunación completo, además, la correcta aplicación de los protocolos sanitarios y los procesos de vigilancia epidemiológica lograron mantener los brotes de Covid-19 en los establecimientos educativos en niveles muy bajos, no superando el 1,8% en promedio mensual, y disminuyendo considerablemente el segundo semestre, donde no se llegó al 1% de brotes ningún mes”.