¿Moneda de $10 obsoleta?: Se abre debate sobre su existencia ante bajo uso y costo de producción

282

En el monedero del auto, billetera, bolsillo del pantalón o de la chaqueta, o simplemente en el velador de la casa. De alguna forma siempre ha estado merodeando en alguna parte, con una utilidad cada vez menos evidente.

Eso sí, para las ofertas tipo «$990» parece un bien preciado por el comercio. Se trata de la moneda de $10. Una divisa, de 3,5 gramos, un diámetro de 21 milímetros y que desde septiembre de 1990 circula con el perfil de Bernardo O’Higgins en su anverso, cuyo uso cotidiano para el ciudadano de a pie ha quedado renegado producto de la inflación y un sistema de pago cada vez más digital.

Aunque, en el corazón de Santiago, entre las bulliciosas calles y algunos de los antiguos kioskos que quedan, remarcan que estas monedas siempre son necesarias, aunque cada vez «la gente anda con menos sencillo», algo que también comparten los cajeros de supermercados y almacenes de barrio.

Así, se abrió el debate respecto a una posible eliminación de la moneda de $10.

Debate

En una carta a El Mercurio, Roberto Concha Meyer planteó la eliminación de la moneda de $10. «Una buena propuesta sería solicitar la eliminación de la moneda de $10. Esta moneda poca gente la usa, no la recibe como vuelto y lo más importante es que se eliminaría de una vez por todas la publicidad de los $599,990, $39,990, $99,990» manifestó.

Mientras que, en el mismo espacio, Federico Kramer, expuso que «quienes tomamos micro en ciudades de regiones pagamos en efectivo, y para ello necesitamos la moneda de $10 (también existe un tipo de provincialismo capitalino)».

Ambas posturas, ofrecen una buena aproximación para lo que es la discusión entre los expertos.

Alejandro Weber, decano de la facultad de Economía y Gobierno de la Universidad San Sebastián, sostuvo que «cuando los precios se van incrementando en una economía, usualmente los países comienzan a eliminar monedas obsoletas y que además son caras de producir y almacenar».

En ese sentido, profundizó sobre lo antecedentes recientes de Chile. «Desde el año 2017 una ley autorizó al Banco Central a dejar de emitir monedas de $1 y $5. En esa misma ley y para facilitar el cese de emisión, se estableció un mecanismo de redondeo de precios que aplica para pagos en efectivo cuando la cuenta final termina entre los dígitos 1 y 9», explicó.

Por eso, el ex subsecretario de Hacienda expuso que «una eventual eliminación de la moneda de $10 debiera ocupar una lógica similar, sin afectar las transacciones que se realicen con tarjetas de crédito o débito».

«Esta es una idea plausible pero aún poco significativa, que permitiría reducir costos de producción, almacenaje y transacción», cerró.

A su vez, Ignacio Muñoz, investigador de Clapes UC dijo a Emol que «si efectivamente la moneda de $10 no es valorada por la población, entonces sería una buena idea, considerando que así se dejaría de incurrir en el costo necesario para su producción».

Respecto a los efectos de esta medida en la publicidad, Muñoz sostuvo que «la eliminación de esta moneda no necesariamente eliminaría las ofertas de $599.990, puesto que una parte no menor de las ventas se realiza por medios electrónicos. En el mejor de los casos, las ofertas de $599.990 cambiarían a $599.900, lo cual no creo que cambie mucho el panorama».

Sergio Lehmann, economista jefe del BCI, tiene una visión diferente. «Me parece una cuestión sin mayor relevancia. Si el Banco Central ha determinado que existe demanda por esta moneda, no existe fundamento alguno para su eliminación», acotó.

En ese sentido, planteó que «para productos de bajo precio, $10 pueden ser relevantes. Si la preocupación es más bien las ofertas que hacen locales comerciales, y que eventualmente sesgarían la evaluación de una persona al momento de hacer una compra, el tema es en realidad de educación financiera».

«Efectivamente allí se reconocen espacios importantes para mejorar, que incluya endeudamiento responsable, costos de los créditos, inflación, rol del Banco Central, entre otras materias», agregó.

En tanto, Francisco Labarca, docente de la Facultad de Economía y Negocios de la UDD, argumentó que el impacto de eliminar la moneda de $10 sería leve. «Con el avance de los pagos digitales, no creo que veamos un cambio en las estrategias de precios o en el comercio de efectivo. La medida responde más a los costos de producción y su valor relativo en la economía», señaló.

Con todo, indicó que «eliminar la moneda de $10, no generará un cambio en el tarifado de ciertos productos con una terminación del tipo ‘990’, los cuales responden a estrategias de precios que tienen las empresas».

Ahora bien, enfatizó que «en el comercio que más se vincula a transacciones de efectivo los precios siempre tienden a cifras redondas por lo que no impactará en dicha medida, porque responden al circulante que tiene mayor representatividad en la economía».

Por su parte, Juan Ortiz, economista senior del Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales (OCEC UDP) destacó la creciente digitalización de la economía chilena.

«El uso de efectivo ha disminuido desde 2015. Dejar de emitir la moneda de $10 no tendría un impacto significativo en la economía, aunque sí simplificaría las transacciones diarias», añadió.

En es sentido, detalló que «el crecimiento promedio anual entre mayo de 2023 a 2024 del stock de monedas de 10 pesos es de 1,3%, mientras para las monedas de $500 y $100 fue del 1,9%, en el mismo periodo».

«Dejar de emitir la moneda de $10 pesos, implica retirar el mercado la moneda, lo cual tomaría varios meses. Donde el valor de la moneda de $10 pesos no pierde el valor de su transacción», remarcó.

Por el contrario, expuso que para que el retiro de la moneda de $10 tenga un impacto real en los precios, debería estar bajo una ley similar a la del redondeo aplicada en 2026. «Si el precio es $1.110, el precio redondeado sea $1.100 y si el precio es 1.160, el precio redondeado será $1.200», ejemplificó.

Fuente: Emol.com