Obtienen vegetales más nutritivos mediante biotecnología

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Las herramientas biotecnológicas se han vuelto muy atractivas en el último tiempo, por su versatilidad, precisión, eficiencia, y menores costos en relación a técnicas tradicionales de mejoramiento genético vegetal.

En este contexto, empresas como Pairwise, la cual cuenta con tecnología licenciada por Harvard y el Broad Institute, además del Massachusetts General Hospital, están utilizando la edición de genes con CRISPR para hacer que las frutas y verduras sean más saludables y sabrosas.

La empresa recibió financiación inicial de Bayer y Deerfield Capital. Además de colaborar con Bayer en proyectos tradicionales de maíz y soya, Pairwise está delimitando su propio territorio en frutas y verduras. “Nuestro punto de vista era que no ha habido tanta innovación y tanta tecnología en los productos como en el maíz y la soja”, relata Tom Adams, PhD, y su director ejecutivo. “Se refleja en el hecho de que las personas no comen las verduras que se supone que deben comer. Pensamos que había una oportunidad real con la edición de genes para crear algunas características novedosas basadas en el consumidor”.

La empresa está desarrollando hojas de mostaza con un alto contenido de nutrientes y un alto rendimiento. También está desarrollando moras sin semillas y cerezas sin cuesco mientras explora formas adicionales de llevar nuevas variedades al mercado.

Además de iniciar sus programas de desarrollo de productos, la compañía ha secuenciado 700 variedades de berries como parte de un consorcio público-privado. “El 99% de los rasgos en las bayas son causados por cambios en la secuencia codificante del gen, más que fuera de la secuencia codificante”, señala Adams. “Nuestra tecnología está muy bien adaptada para ofrecer las cosas que queremos hacer porque podemos editar eficazmente dentro de las secuencias de genes”, explica.

En Chile, el doctor en Ciencias Biológicas y director ejecutivo de ChileBio, Miguel Ángel Sánchez, explica que el avance de la ciencia ha ido evolucionando en los últimos años a las necesidades del consumidor. “Hace 20 años, si hablábamos de biotecnología vegetal, en general se trataba de transgenia con fines agronómicos, como enfrentar las plagas y las malezas. Hoy, los organismos genéticamente modificados por un lado, y más recientemente la edición de genes por otro, abordan también otros desafíos, como es desarrollar alimentos más saludables. Un buen ejemplo es el trigo apto para celíacos, el cual aún no se comercializa. Hoy, se está utilizando la biotecnología con foco en las necesidades y gustos del consumidor”, destaca el experto.