En su columna en el diario El Austral de Osorno, el presidente de SAGO A.G., Sergio Willer, profundiza en el llamado realizado durante la presente versión de Fisur, a la suscripción de un pacto por amor a Chile, que resuelva las problemáticas de quienes viven en el mundo rural.
Este domingo finaliza la 96a edición de Fisur. SAGO lleva más de 100 años construyendo con cariño y dedicación este mágico puente entre el campo y la ciudad, en una fiesta que es propiedad de toda la gente del sur, que vibra en torno a lo mejor de nuestras tradiciones, y el avance tecnológico y del conocimiento sobre nuestra agricultura.
En la inauguración, dejamos en claro que nuestra agricultura está compuesta por hombres y mujeres valientes y esforzados, que trabajan con los ciclos de la naturaleza, y enfrentan con habilidad, cada momento difícil que se les presenta.
Pero hoy, tenemos una urgencia: necesitamos igualar la cancha para quienes viven en las zonas rurales, respecto de quienes viven en las ciudades.
Según los datos publicados en 2020 por ODEPA, solo un 38% de la población rural tiene acceso a algún tipo de centro de atención médica, versus el 91% de posibilidad existente en las ciudades. La inequidad también se da en materia de vivienda, porque solo un 60% de los habitantes de zonas rurales posee una casa en buen estado, a diferencia del 90% de quienes viven en las ciudades. Y en materia de agua potable, en zonas rurales sólo un 55% de la población puede acceder al vital elemento, a diferencia del 98% de quienes viven en grandes ciudades.
Y en materia educacional, solo un 54% de los habitantes rurales tiene acceso a un colegio para sus hijos en la zona en que viven y trabajan, a diferencia del 97% de cobertura en zonas urbanas. En los campos, aún existen escuelas multicurso. Y solo un 16% de la población rural tiene acceso a internet y telefonía. De hecho, contamos el caso de la hija de uno de nuestros socios, profesora de una escuela rural, que debe compartir conexión desde su teléfono para poder educar a sus estudiantes.
Las oportunidades para los jóvenes que viven en las zonas rurales son menores que las que tienen sus pares que viven en las ciudades. Y eso es uno de los factores que explica las masivas migraciones desde el campo a las zonas urbanas.
Por eso, le pedimos al Estado de Chile trabajar en políticas públicas con una mirada enfocada en esa desigualdad. Se necesita que quienes viven en las zonas rurales, especialmente los niños y jóvenes, sientan que el resto del país si se preocupa por sus condiciones de vida, y por el futuro de sus familias.
Porque el campo es vida, invité a las autoridades a que suscribiéramos un pacto por la abundancia rural, por el amor a nuestra tierra, a nuestra diversidad, a nuestra gente, a nuestros animales… Un pacto por amor a Chile.
Por Sergio Willer Daniel
Presidente Directorio Sociedad Agrícola y Ganadera de Osorno A.G.
Publicada en el diario El Austral de Osorno
Domingo 20 Noviembre 2022