Opinión: La culpa no es de los agricultores

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Christian Arntz MacEvoy
Director Ejecutivo
Sociedad Agrícola y Ganadera de Osorno

El pasado viernes, el Instituto Nacional de Estadísticas anunció el IPC de marzo. La cifra, que marca el alza en el costo de la vida de los chilenos, llegó a un 1,9%, la más alta desde octubre de 1993 cuando los precios subieron un 2,6%. Con ello, la inflación en doce meses escaló hasta 9,4%, registros no vistos desde octubre de 2008. Y entre enero y marzo, los precios acumulan un alza de un 3,4%.

Es fácil acusar de los precios altos del pan, o del aceite en los supermercados a los productores de alimentos. Sin embargo, como a todos, este índice nos sorprendió, porque nuestras familias, y las familias de nuestros colaboradores también se ven golpeadas por la marcha cuesta arriba de la economía nacional.

Creemos que hoy, muchos de los chilenos que nos culpa en las redes sociales, sencillamente desconocen el cómo se producen los alimentos. No saben, por ejemplo, que los productores de granos deben pedir créditos para sembrar, para cubrir los altos costos de las semillas, los fertilizantes, y la mano de obra; y que se pagan con el resultado de la cosecha, no dejando espacio a la especulación.

Nuestro sector requiere de importantes insumos, como los fertilizantes y el petróleo, que no se producen en Chile. Los costos de su importación impactan directamente en la producción de cereales, los cuales después son usados para producir pan, así como también una parte alimenta al ganado, impactando el precio de la leche y carne.

Efectivamente eso se trasunta en mayores valores del pan y otros productos derivados de la agricultura. Pero el panorama económico actual del país no tiene que ver con especulación, sino con un escenario de mayores costos, que se traspasan al producto intermedio, en este caso los granos, cuyos precios han aumentado de tal manera, que hacen imposible no traspasar esos costos al producto final.

Este problema no solo afecta a los chilenos. Es cosa de ver lo que ocurre en Perú, que está viviendo una situación político – social compleja; o en Estados Unidos, donde se ha registrado también la inflación más alta de los últimos 40 años. Esto es un fenómeno global, producto obviamente de la guerra que estamos sufriendo, que se sumó a la dificil salida de la pandemia, que afectó al mundo sanitariamente, y provocó problemas logísticos y de abastecimiento

Nos preocupa que ante el escenario de alta inflación, y la incertidumbre política y social existente en el país, las autoridades se vean tentadas a tomar decisiones basadas en el populismo, y no en un análisis serio. Al no haber un componente especulativo, una política de fijación de precios no aparece como una solución, sino como una amenaza de desincentivo a la producción de alimentos, lo que podría provocar una disminución de la oferta, y presionar aún más al alza estos alimentos, debido a una baja en la oferta.

Publicada en Diario El Austral de Osorno
Domingo 10 Abril 2022