“Va a ser mi hogar”. Así describió el exsenador UDI Jaime Orpis a la cárcel en la que deberá cumplir la pena efectiva a la cual fue condenado en el caso Corpesca -sobre financiamiento ilegal de la política- luego que el jueves 11 la Corte de Apelaciones de Santiago rechazara el recurso con el que buscaba anular la sentencia de 5 años y 1 día por fraude al fisco reiterado y otros 600 días de presidio por cohecho dictaminada por el Tercer Tribunal Oral en diciembre del año pasado.
Su defensa, dicen en su entorno, le recomendó no acudir de queja ante la Corte Suprema por la baja probabilidad de que se acoja un requerimiento de esta naturaleza que es más bien de tipo disciplinario y va contra el actuar de los magistrados y no del fondo del juicio. Con esto, su ingreso al penal tendría que haberse concretado en los próximos días, convirtiéndose en el único político involucrado en estos casos que debería pagar con presidio efectivo. Sin embargo, algo sucedió y este hito se aplazaría.
El mismo día que la Corte de Santiago desechaba la esperanza de Orpis de un nuevo juicio oral en el cual demostrar su inocencia en el delito de cohecho, el juez Clemente Winn elevó al tribunal de alzada capitalino un recurso con el que se impugnará, esta vez, el que las juezas que condenaron al exsenador no le concedieron el beneficio de cumplir su pena en libertad vigilada, pese a cumplir con los requisitos que impone la ley. Es decir, se solicitará a los magistrados superiores que mantengan la sentencia del caso Corpesca, pero se le permita cumplirla sin tener que estar privado de libertad en una cárcel, sino más bien bajo algún plan de reinserción social. Este requerimiento se había presentado en subsidio con el recurso de nulidad, entonces una vez este último fue desestimado se activó la última chance con la que el exparlamentario se aferra a su libertad. Esto, pese a que mantiene restricciones de libre tránsito, por haber estado la mayor parte de este proceso -que se formalizó a mediados de 2016- bajo la medida cautelar de arresto domiciliario total.
La investigación del denominado caso Corpesca fue un apéndice de lo que se descubrió en el caso Penta y luego en SQM. Fue en 2015 cuando los tres casos estallaron en simultáneo afectando a políticos y partidos de todos los sectores cuando se destapó un sistema de financiamiento de campañas ilegal en que las empresas financiaban candidatos a cambio de que estos les proveyeran boletas o facturas ideológicamente falsas que permitieron a dichas firmas rebajar sus bases imponibles por servicios que jamás fueron prestados. En ese contexto, Jaime Orpis fue uno de los pocos formalizados que estuvo en prisión preventiva. En la entrevista con La Tercera Domingo recordó esos días y también lo que significará para él volver a la cárcel.
“¿Cuánto tiempo alcanzó a estar en la cárcel?
Cuarenta días.
¿Qué recuerda de eso?
La verdad es que uno trata de olvidar un poco, ¿ah? Pero es tu hogar. Y va a ser mi hogar. Por lo menos los próximos años. Y cuando uno tiene un hogar, tiene que tratar de hacerlo lo más grato posible. Tener rutinas, relacionarte bien con el resto de los que están ahí… como es cualquier hogar. Y ahí surgieron amistades, también, importantes. En medio del dolor. Pero va a ser mi hogar.”
Ahora la pregunta es, de ejecutoriarse la sentencia en su contra, ¿Cuánto tiempo deberá pasar tras las rejas?. Si no existiera este último recurso de apelación que se elevó a la Corte santiaguina, el senador Jaime Orpis debería pasar más de dos años y medio en un penal.
Ya cuando fue condenado en juicio oral por el Tercer Tribunal Oral, a fines del año pasado, tenía abonados 1.301 días. Esto porque cada día privado de libertad -ya sea en un recinto penitenciario como fueron los primeros 40 días tras ser formalizado o en arresto domiciliario total- se suman a su condena. Entonces desde esa fecha hasta hoy, en que se mantiene su régimen sin poder salir de su hogar, se deben adicionar otros 213 días.
En sumas y restas, entonces, si su condena es de 5 años y un día por fraude al fisco (1.826 días), más los 600 días por cohecho, en total su pena es de 2.426 días. Si a esto le quitamos lo abonado durante este tiempo bajo cautelares, entonces hoy le quedarían 912 días por cumplir, es decir 2 años y 5 meses aproximados.
Pero no todo está dicho y por eso será importante el tiempo que la Corte de Apelaciones de Santiago demore en revisar la última arremetida judicial de su defensa que es encabezada por el penalista Carlos Cortés. En el caso de Orpis cada día que pasa hace la diferencia: cumplir pena en su casa o en una cárcel cualquiera.
Fuente: La Tercera