Parlamentarios reaccionan a destitución del juez Muñoz

19

Aprobada la acusación constitucional que destituyó este miércoles al ministro de la Corte Suprema Sergio Muñoz, las primeras reacciones en el Congreso Nacional se centraron en las aparentes intenciones políticas que motivaron el proceso.

El Senado visó, actuando como jurado y con votos de la derecha, los dos capítulos del libelo contra el expresidente del máximo tribunal (2014-2015), proceso que inició su trámite de admisibilidad en la Cámara de Diputadas y Diputados como una doble acusación que incluía también a Ángela Vivanco -ya removida por la propia Suprema-.

En el oficialismo, donde estuvieron por rechazar, reafirmaron la crítica al «vicio de origen» relativo a que los actuales exmagistrados fuesen acusados en un mismo texto pese a que se les imputaban distintos hechos ocurridos en diferente época. En ese marco, especularon sobre el objetivo oculto que tuvo Chile Vamos para promover este proceso contra Muñoz y atarlo en su primera etapa a Vivanco, quien está vinculada con el caso Hermosilla, que ha salpicado principalmente a figuras de la derecha.

En la argumentación de su voto en contra, el senador Ricardo Lagos Weber (PPD) advirtió que «hoy la institucionalidad chilena está crujiendo: ¿por qué se tomaron dos años algunos en presentar una acusación contra el ministro Muñoz?», y recriminó que «producto del caso de la exministra Vivanco, se alimentaron con el deseo de juntar dos causas distintas, que comunicacionalmente es muy difícil separarlas, (pero) todo cae y todo se ensucia, y por eso acá (en la sesión del Senado) no han puesto una palabra respecto a algo tan aberrante como juntar dos procesos distintos».

«Cuando era un joven abogado, me tocó defender en los Consejos de Guerra en octubre y noviembre del 73, conformado por militares, y a todos se les trató separadamente, nunca vi yo una condena en grupo, o de a dos. Yo creo que estamos frente a un proceso viciado de nulidad absoluta de derecho público de acuerdo con nuestra Constitución», sostuvo a su turno Francisco Huenchumilla (DC).

El falangista prevé incluso que el Estado de Chile podría ser condenado si la defensa del destituido juez -que advertía «violatoria de derechos humanos» la forma como inició el proceso- recurre a instancias internacionales.

«Yo creo que esto es nulo. Y si está viciado, y si el Estado de Chile está atropellando los derechos humanos del señor Muñoz y de la señora Vivanco», es probable que «terminen condenando al Estado de Chile» y se señale al Congreso de haber hecho «el ridículo respecto de que no tomamos las providencias necesarias».

La senadora Paulina Vodanovic, timonel del Partido Socialista, deploró la «interpretación torcida» de la Cámara Baja al haber admitido un solo libelo contra dos jueces distintos por hechos diferentes, que luego el Senado resolvió votar separadamente.

Analizó también que Muñoz «es un juez incómodo para muchos, que ha sido señalado como de izquierda por haber sancionado violaciones a los derechos humanos y haberse puesto del lado de las personas y los derechos sociales», y advirtió que quienes votasen a favor le darían «una señal grave al Poder Judicial, amparándose -y miren qué contradicción- en el deber de imparcialidad: sancionando al ministro, socavamos las bases mismas de la independencia judicial».

«CAÍMOS EN LA TRAMPA DE LA DERECHA»

«Caímos en la trampa de, ¿sabe qué? Usted vota por uno, usted vota por otro, empatamos y nos vamos todos contentos para la casa. Como teníamos a la señora Vivanco expuesta y, sin duda, (sabíamos) que iba a pasar algo, teníamos que empatar», planteó la senadora Alejandra Sepúlveda (FRVS) al cuestionar la estrategia de la derecha.

Atendiendo aquello, y mirando a todos quienes estaban presentes tanto en los escaños como en las tribunas del Senado, de manera sarcástica llamó a tener «cuidado con los hijos que están aquí y cuidado con los padres que están aquí, porque si es así, el boomerang viene solo».

Luego, ya consumada la suerte de Muñoz, Sepúlveda expresó que hoy «es un día triste para el país» porque «hemos perdido a un gran juez de la República, a un hombre que ha impartido justicia a pesar de todas las dificultades que ha significado: yo diría que éste es el pago de Chile».

El senador Daniel Núñez (PC) señaló que «quien acusa al juez Muñoz de ser quien filtró la información es una persona que solo hizo una declaración jurada ante un notario, que jamás concurrió a ninguna instancia a ratificar el contenido de su declaración, que nunca dio una explicación, que nunca soportó una pregunta. Es casi para todos nosotros un testigo anónimo».

«Obviamente —agregó— hay una falta más al debido proceso que ya se generó cuando se ató la suerte del juez Muñoz a la jueza Vivanco en la Cámara de Diputados y por eso, en mi opinión, lo que el Senado hace es un acto de corrupción».

Entre los diputados oficialistas, Leonardo Soto (PS) lamentó que «no fuimos capaces en la Cámara de resolver la trampa y el candado que nos puso la derecha, (que) unió la acusación contra el ministro Muñoz a la acusación contra la ministra Vivanco, y con eso la segunda arrastró al primero a este resultado».

«Pero ésta es una estrategia política de empate, acá la derecha política no está evaluando la circunstancia que se ha mencionado (en los capítulos del libelo), sino más bien lo está persiguiendo por sus fallos, por haber siempre fallado en favor de los enfermos que eran expulsados de las isapres, en favor de las personas que no tenían planes. Ha sido un juez brillante y no le perdonan que haya sido independiente a todo poder de turno», especuló.

DERECHA CUESTIONA «SOBERBIA» DE SERGIO MUÑOZ

Algunos senadores de la derecha, al argumentar sus votos favorables a la destitución de Muñoz, criticaron la actitud del jurista e incluso citaron una entrevista que concedió el fin de semana para achacarle una «soberbia» en su rol como ministro del máximo tribunal.

En ésta, Muñoz denunció: «Están buscando una vía oblicua para sacar a este juez que está fallando en contra o no está acorde a sus intereses. O lo que yo he dicho muchas veces: que no es un juez ponderado. ¿Qué significa un juez ponderado? Es un juez socialmente domesticado a los intereses y poderes que reinan en la sociedad. Un juez que no causa problemas».

«El ministro Muñoz tiene un liderazgo y una influencia que yo no me hubiera imaginado hasta su propia entrevista de este domingo. Cuando declara que es él quien ha propuesto los mayores cambios que han existido en la Corte Suprema: ‘soy influyente… he incidido en el cambio de mayor probidad… transformé la estructura como actualmente trabaja la Corte Suprema… que he propuesto un nuevo modelo de justicia en Chile como son los centros ciudadanos’. Él se adjudica todas estas cosas como una influencia de él», sostuvo el senador Rodrigo Galilea (RN).

A su vez, Felipe Kast (Evópoli) afirmó que ha observado «un nivel de soberbia del juez Muñoz que me impresiona, porque en el fondo se autoproclama como un juez superior al resto, porque él no es un juez ‘domesticado’ «.

En tanto, Sergio Gahona (UDI) reprochó que «el juez Muñoz sugiere que este juicio se trataría de una discrepancia política e ideológica con sus fallos; y con esas palabras el señor Muñoz utiliza una inaceptable amenaza sobre este Senado, ya que no puede otro poder del Estado juzgar los fallos del máximo tribunal».

La senadora Luz Ebensperger (UDI) afirmó que «la institucionalidad que nosotros nos hemos dado en nuestra Constitución ha funcionado, porque, a pesar de ser un ministro, se le ha comprobado, y así ha llegado a convicción la mayoría absoluta de los senadores, de que ha habido infracción grave; por lo tanto, un notable abandono de deberes del ministro Muñoz».

DEMÓCRATAS JUSTIFICA SU VOTO A FAVOR

El senador Matías Walker (Demócratas; ex-DC) dijo compartir las críticas a la forma en que fue presentada la acusación, pero también argumentó que llegó a la «convicción» del notable abandono de deberes que justificaba la destitución del magistrado: «Su actuar no sólo es incompatible con el estándar esperado, sino también compromete la percepción de imparcialidad y confianza».

«No importa cuán poderoso pueda ser un juez, si la ciudadanía no ve que sus representantes son claros y categóricos y tienen una sola conducta frente a hechos de abuso de poder, las personas dejan de creer en las instituciones, y yo me alegro de que hayamos tomado esa decisión», secundó su colega y correligionaria Ximena Rincón.

Muñoz, que este viernes cumplía 19 años como ministro de la Suprema, vio finalizados abruptamente sus 42 años en el Poder Judicial y se convirtió en el primer integrante del máximo tribunal que es destituido por el Congreso desde Hernán Cereceda en 1993.

Antes de llegar a ese cargo en 2005, destacó por haber investigado el crimen del dirigente sindical Tucapel Jiménez Alfaro por agentes de la dictadura de Pinochet, y también por haber sido parte de la indagatoria de los casos Spiniak y Riggs, este último vinculado a las cuentas secretas que el dictador mantenía en el banco estadounidense.

Fuente: cooperativa.cl