«¿Estás grabando? Si po’, hay que grabar el momento exacto en que explota». En 55 segundos, un grupo de jóvenes registró como preparaban un tarro con material explosivo en el sector de Curauma, Valparaíso, el cual finalmente estalló.
A juicio de Bomberos, esta acción provocó un incendio forestal que consumió casi una hectárea de vegetación. Para combatir el siniestro fue necesaria la concurrencia de nueve unidades de voluntarios, además de brigadas terrestres, helicópteros y aviones de Conaf.
Pero el caso no es único. De hecho, casi el total de los siniestros son provocados por las personas, ya sea voluntaria o involuntariamente. «En general los incendios, en un 99% son de origen humano. En estas altitudes prácticamente no ocurren quemas por erupciones o rayos, por lo que la mayoría son origen antrópico», explicó el comisario Rodrigo Romano, de la Brigada Investigadora Metropolitana de Delitos Contra el Medio Ambiente (Bidema) de la PDI.
Según cifras de la policía, entre 2015 y 2018 se recibieron 5.751 órdenes de investigar por incendios forestales, marcando un alza de 17% en dicho periodo, pasando de 1.386 a 1.626 casos.
Romano explica que algunos de los casos ocurren por actuar negligente: personas que, en su camino, botan colillas de cigarros, o hacen fogatas en lugares no permitidos; o trabajadores que usan máquinas que emiten chispas.
En otros, se actúa buscando las llamas, como el caso de Curauma que expuso Bomberos en las redes sociales. Según los registros de la PDI, tres regiones del país concentraron el 61% de las 5.751 investigaciones iniciadas en los últimos cuatro años: 1.549 (27%) hechos se registraron en La Araucanía; 1.026 (18%) en la capital; y 925 (16%) en Valparaíso.
En conversación con Emol, el ministro de Agricultura, Antonio Walker, abordó la situación desde el 1 de julio del 2018, momento en que inició la presente temporada de incendios. «Dentro de las malas noticias queremos dar la sensación de tranquilidad ya que estamos actuando. A la fecha -último periodo- tenemos 2.290 incendios que es casi un 8% más que la temporada anterior que fueron 2.122. (Pero) en el quinquenio tenemos un promedio de 2.448, lo que significa que hemos tenido un 6% menos», informó.
En esa línea, el titular de la cartera también indicó que durante esta temporada van 9.332 hectáreas afectadas, situación que implica una disminución de un 16% respecto el periodo anterior, cuando la cifra ascendía a 11.075.
Y, ello, continuó, es un 76% menos que el promedio del quinquenio. La baja, explicó, se debe en parte a la coordinación entre policías y fiscalía, además de la implementación de un botón rojo, el cual permite detectar las áreas proclive al fuego a partir de altas temperaturas y velocidad del viento, además de humedad relativa baja, con el fin asignar vigilancia intensiva antes de la ocurrencia de un siniestro.
Por su parte, Romano recalcó la peligrosidad que implica el comienzo de año: «En verano se dan todas condiciones para inicio de fuego a partir de cualquier fuente pequeña de calor. La baja humedad contribuye a la rápida propagación».
La investigación de este tipo de hechos no es fácil, explicó Romano: «Es difícil encontrar testigos cuando el incendio fue provocado intencionalmente. Hemos encontrado gente que no quiere hablar por temor o porque quienes son los culpables del incendio son familiares o amigos».
En casos que el siniestro se generó de manera negligente, la situación cambia, ya que, según asegura el comisario, son personas que no tenían la intención de causar un daño: «Cuando ocurren este tipo de hechos, muchos de los presentes dan inmediato aviso. El problema está en que la mayoría son intencionales».
Así también, como las zonas afectadas son retiradas, no hay cámaras que permitan registrar a los involucrados, mientras que mucha de la evidencia fue incendiada. En esa misma línea, el ministro Walker llamó a la gente a denunciar este tipo de hechos y añadió: «El 99% de los incendios son causados por el hombre y un 30% son provocados intencionalmente por pirómanos o gente mal intencionada que causa un acto delictual.
Nosotros vamos a ser implacables en perseguir esas personas, porque además tenemos una ley que nos ampara». Según el artículo 476 del Código Penal, quien cometa uno de estos actos podría arriesgar una pena que llega hasta los 20 años de presidio. El problema, sin embargo reconoce el secretario de Estado, es «comprobar que fue intencional».
Pese a los daños, concluyó el detective, la zona afectada «se va recuperando»; primero llegan aquellas especies invasoras que son intolerantes a la sombra y, de a poco, vuelve a crecer la vegetación.
«Llamamos a tener cuidado con las actividades al aire libre. Evitar arrojar fósforos, cigarros, plásticos o combustibles, sobre todo es pastizales. La fogata es una causa importante, por lo que se recomienda hacerlo en lugares permitidos, avisando a Conaf y ubicándose lejos de un árbol y sin usar combustibles o acelerantes. Es bueno también tener a mano tierra o arena por si el fuego se descontrola», recalcó.
Fuente: Emol.