Por lo menos hubo renovada actitud: Chile cayó 3 a 2 ante Francia en Marsella en un partidazo

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Quizás podría calificarse como victoria moral la derrota por 3 a 2 ante Francia en Marsella. Ese calificativo o paliativo, para poder mascar las derrotas de la Selección Chilena, nos acompañó por cien años hasta que llegó la Copa América 2015.

Y después de eso, ¿qué pasó? Copa América Centenario, final de la Copa Confederaciones y «san se acabó». Ni siquiera volvimos a los mundiales y se volvió a la triste realidad. Rueda, Lasarte, Berizzo. Ninguno dio pie con bola. Entonces, tras la llegada de Ricardo Gareca a la banca nacional y seguido de un triunfo 3 a 0 ante Albania, renacieron ciertas esperanzas de mejora. Y bien, ahora se perdió, pero Chile fue un rival de temer, por lo que sí, esta derrota cae en el apelativo de victoria moral.

El duelo comenzó con una Roja inspiradísima. Una gran jugada (como en los viejos tiempos), entre Isla y Sánchez, terminó con un derechazo cruzado de Marcelino Núñez a los 6 minutos, para abrir la cuenta ante el subcampeón del mundo.

Pero, se jugaba ante «Les Blues» en campo local. Los franceses tuvieron su primera llegada al arco del veterano y aún activo Claudio Bravo, en un disparo de fuera del área de Yousouff Fofana, que rebotó en la pierna de Igor Lichnovsky e hizo estéril el vuelo del capitán chileno.

A los 25′, el buen delantero Kolo Muani aprovechó un centro de Giroud y se empinó sobre la feble marca de Dávila y Suazo, para poner un cabezazo certero y decretar el 2 a 1, con el que se fueron al descanso.

En la segunda fracción, ambos elencos tuvieron claras oportunidades. Pero, nuevamente Kolo Muani le ganó la espalda a Lichnovsky, centró al área chica y Giroud puso el 3 a 1.

Tras el tercer gol de los europeos, el hincha pensó que se volvía a lo que es Chile en la actualidad: un equipo más. Sin embargo, eso no fue así. Gareca dispuso la entrada de Marcos Bolados por Alexis Sánchez y Esteban Pavez por Rodrigo Echeverría, ambos jugadores de la liga local, escalafones más abajo que los que juegan en el extranjero. Y así y todo, fueron aporte, por lo que la Roja obtuvo un segundo aire. Finalmente, Darío Osorio, una de las figuras, con un derechazo impecable descontó para el equipo de todos y dejó el placar en un 3 a 2 definitivo.

Sabores agradables dejó este paso de Chile por Europa, con un nuevo aire producto de la llegada de Ricardo Gareca al elenco nacional.

Ahora, a esperar el 21 de junio, en el debut por Copa América en Estados Unidos. Y como es la vida, con situaciones inesperadas: el rival será Perú, exequipo del Tigre Gareca, donde aún lo lloran.