El Presidente Sebastián Piñera concedió una entrevista al medio español Cadena Ser, donde abordó la violencia que se desató tras el 18 de octubre, el rol de las agencias de inteligencia, la hoja de ruta que emergió y que contiene iniciar un proceso para redactar una nueva Constitución, y explicó por qué adoptó medidas como el estado de excepción constitucional.
El Mandatario afirmó que cuando comienza el estallido social, «el país venía progresando, pero se venía acumulando un malestar, no en el Gobierno que yo presido, sino que venía de gobiernos anteriores. Hubo muchas conductas monopólicas en industrias básicas, y muchos escándalos e irregularidades en el uso de recursos públicos».
«La gente fue acumulando este malestar y se expresó de repente con mucha fuerza. Nosotros hemos tratado de escuchar con mucha atención y mucha inquietud lo que debió de haberse escuchado décadas, más vale hacerlo ahora que nunca», añadió.
Asimismo, señaló que «definitivamente vivimos algo que nadie anticipó, que nunca había ocurrido. Hace casi siete semanas, se dieron dos situaciones simultáneas, pero de muy distinta naturaleza», al tiempo que destacó la «demanda muy fuerte de toda la ciudadanía por hacer de Chile un país más justo, más inclusivo, con menos tolerancia a los abusos, con mayor igualdad ante la ley y con mayor respeto por los ciudadanos».
«Eso es una cosa que yo estimo como muy positiva, pero, simultáneamente, se desató una ola de violencia brutal en la que pequeños grupos ejercieron una violencia sin dios ni ley, quemaban todo lo que se ponía en su camino, las estaciones del metro, los hospitales y los supermercados, tratando de causar daño para destruir el sistema», afirmó.
Consultado sobre si tampoco vio venir el fenómeno, expresó: «No, no lo vi venir. El país había tenido un tercer trimestre muy positivo en crecimiento, en creación de empleos, en inversión y en mejoría de la calidad de vida. Estábamos preparándonos para ser la sede de la APEC y de la COP25, que iban a celebrarse en Chile en noviembre y en diciembre, respectivamente. Un 18 de octubre que nunca lo voy a olvidar, se desató una ola de violencia sistemática, profesional, organizada con tecnología de punta que buscaba destruirlo todo. Querían incendiar el país».
El Presidente fue consultado por si sabe quién instigó estos hechos de violencia y si tiene antecedentes respecto de los que estarían detrás de ello, ante lo cual manifestó que «eso está en estudio por nuestras agencias de inteligencia que debo reconocer que no estuvieron a la altura por lo que las estamos renovando íntegramente».
«También ha habido mucha información de países amigos que indican que aquí hubo algo no fue casual y que fue deliberado. Definitivamente aquí vimos algo que nunca habíamos visto», completó.
Sobre si la agenda social que presentó en medio del descontento social como un paso para responder las demandas ciudadanas, «calmará las causas de la protesta, señaló que «no es una panacea que lo resuelva todo. Yo me he reunido con cientos de organizaciones sociales para escuchar y entender sus reclamos con más sensibilidad y atención de lo que lo habíamos hecho antes».
«Es cierto que Chile se ha desarrollado mucho pero todavía nos queda un largo camino por recorrer. Afortunadamente, la magnitud de la violencia ha ido cayendo y creo que estamos entrando en una etapa de firme y claro compromiso con las soluciones», añadió.
En este sentido, recordó que «acabamos de lograr un acuerdo para diseñar juntos una hoja de ruta que nos permita tener una Constitución que sea un marco de unidad, de estabilidad y que dé proyección a la sociedad chilena porque la actual, si bien ha sido reformada muchas veces, tuvo su origen en la dictadura militar».
Finalmente, sobre por qué adoptó medidas como el estado de excepción constitucional, explicó: «Frente a la violencia desatada, estamos luchando con las armas de la democracia y del Estado de Derecho».
Fuente: Emol