Es lo que se podría denominar uno de los capítulos negros en los anaqueles de la historia de Osorno, antigua y obviamente, reciente. Una invitación a no olvidar para jamás repetir: un 11 de julio de 2019 comenzaba un verdadero calvario para más de un 97% de la población, la cual, no tuvo abastecimiento de agua por once días consecutivos.
Uno de los protagonistas de esta situación fue el entonces intendente regional, Harry Jürgensen Caesar, quien en conversación con Radio Sago, rememoró la presión y la rabia que se sintió en ese momento, por la suspensión de un servicio vital, como es el agua.
Jürgensen recordó que el origen de toda esta problemática fue por un rebalse de un estanque de petróleo que afectó a la distribución del agua potable en la planta de Caipulli, en ese entonces, operada por la sanitaria Essal, la que finalmente fue adquirida por una firma canadiense en 2020, transformándose en Suralis.
El también exconvencional constituyente indicó que si bien, la región de Los Lagos ya contaba con un plan de emergencia para enfrentar este tipo de situaciones, el hecho tuvo un alcance y dificultad mayor, que puso a prueba a todo el espectro político y estatal, desde el nivel central al local, argumentó.
La gran pregunta es, ¿cuánto se ha avanzado? Jürgensen puntualizó que los estándares de operación y seguridad sanitarios, tuvieron que necesariamente elevarse, además de que la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS) multó a Essal con más de 1640 millones de pesos, la más alta sanción en Chile por incumplimiento en la distribución de agua potable, hasta el momento.
