En el marco de la reciente decisión tomada en Australia, Greenpeace repudió que la Comisión del Océano Antártico (CCRVMA) no llegara a un acuerdo para la protección de la Antártica, a través de lo que hubiese sido el santuario más grande del mundo, con un tamaño de 1.8 millones de kilómetros cuadrados, equivalente a poco más del doble de la superficie de Chile continental.
A pesar de que la mayoría de los países, entre estos Argentina y Chile, estaban a favor del santuario antártico junto a casi tres millones de personas en todo el mundo, China, Noruega y Rusia bloquearon la discusión para avanzar con la protección del continente blanco.
Según señalan, la desprotección de la zona propuesta como santuario implicaría que cualquier industria extractiva (como la pesquera, la petrolera y la minera), ‘’pueda saquear el hogar de las especies marinas de la región, así como dejar sin alimento a los pingüinos, ballenas y focas, los cuales ya están expuestos a los efectos del cambio climático’’.
Según la organización ambientalista, un paso positivo hacia la protección de los océanos fue la aprobación de la protección de los pequeños ecosistemas marinos vulnerables identificados por Greenpeace en su última expedición a la Antártica.
Cabe decir que en septiembre, los gobiernos de la ONU iniciaron negociaciones hacia un Tratado Global del Océano que abarcaría todos los océanos más allá de las fronteras nacionales. Las negociaciones son el resultado de un proceso de una década y podrían concluir en 2020. Este tratado podría proporcionar el marco para la creación de una red de santuarios, llegando al porcentaje esperado.