El incendio registrado ayer y que afectó al Hospital San Borja Arriarán causo un gran impacto en el sistema de salud de la Región Metropolitana, debido a que el recinto tiene 24 servicios clínicos y 56 especialidades, urgencia infantil, una de las principales maternidades de la capital y una dotación de más de 500 camas disponibles para la red, de las cuales más de 100 son de alta complejidad.
En ese marco, el Dr. Luis Castillo, coordinador de camas críticas del Ministerio de Salud y jefe de la UCI del Hospital Barros Luco, dio cuenta de lo complejo del escenario tras la pérdida temporal de 500 camas debido al siniestro.
El directivo aseguró que «este incendio impacta negativamente al manejo de la pandemia, porque resta un número de camas que estaban siendo muy bien utilizadas para dar respuesta a los pacientes más críticos, y sobre esa base, ahora, más que nunca, es fundamental redoblar los esfuerzos para acelerar la complejización y recuperar al menos 50 camas UCI, para compensar esta lamentable pérdida».