No había computadores, las pizarras habían sido borradas y los basureros vaciados. Ese habría sido el escenario que encontraron lo funcionarios de carabineros que la noche de ayer ingresaron a la sede del Partido Comunes, buscando pistas para esclarecer las denuncias de irregularidades que pesan, principalmente, en contra de Karina Oliva.
Así lo dio a conocer esta tarde La Tercera, que tuvo acceso a información de la diligencia, junto con dar cuenta de que el lugar tampoco había discos duros, sólo impresoras.
Como se indica, la policía sólo pudo recuperar documentos que estaban dentro de estantes y escritorios, que corresponderían a balances y boletas de periodos anteriores.
Asimismo, se detalla que los funcionarios consultaron a vecinos de la sede sobre si existió algún movimiento inusual, advirtiendo que el día anterior hubo personas que estuvieron sacando cosas del lugar.
¿Procedimiento irregular?
Dado que el procedimiento en cuestión ha generado amplias críticas, pues en medio del proceso los funcionarios portaban armamento de alto calibre e incluso llegaron a derribar la puerta, fuentes conocedoras de las diligencias relataron como se dieron las cosas.
En el mismo reportaje, conocedoras del proceso comentaron a La Tercera que antes de hacer ingreso al lugar se intentó ubicar a diferentes personeros de la tienda sin éxito, incluidos Karina Oliva y el otrora presidente, Jorge Ramírez.
Sin embargo, al ser consultado por el medio, Ramiréz fue tajante en sostener que no habría sido contactado. Lo mismo ocurrió en el caso de la diputada Camila Rojas, secretaria general de la colectividad.
Desde la Fiscalía, además, habrían indicado que se le solicitó a los funcionarios del OS7, que las diligencias se hicieran de forma “controlada” y no “exacerbada”.