Durante el 2017, aparecieron varios casos de neumonías atípicas que fueron asociados por la Autoridad Sanitaria de la época a un brote de Fiebre Q (FQ) cuyo supuesto origen eran las explotaciones lecheras de nuestra zona. A partir de esta afirmación, se exigieron una serie de medidas y protocolos a las explotaciones ganaderas, únicos a nivel mundial, se cerraron los bancos de sangre de la región de Los Lagos y los Ríos y 24 horas antes del inicio de SAGOFISUR 2017, las autoridades, a sugerencia de algún parlamentario ávido de prensa, suspendieron la tradicional muestra ganadera de Chile. Todo lo anterior, en un ambiente de alarma pública.
En abril de 2018, la Sociedad Chilena de Infectología emite un comunicado en la que señaló que el diagnóstico de FQ hecho por la autoridad sanitaria fue realizado de forma indirecta lo que en ningún caso aseguraba la veracidad del resultado. Luego, la propia autoridad da a conocer que los análisis enviados a un laboratorio australiano de referencia arrojaron la presencia de Ricketsias (otro tipo de bacterias) y NO de FQ. Las autoridades nunca dieron una explicación del por qué insistieron con la FQ.
Pasados 4 años y frente a la aparición de una cuadro respiratoria agudo en una estudiante de veterinaria, los mismos actores confirmaron LA SOSPECHA de FQ, sin antecedentes y sin resultados de laboratorios; sólo por “tincada” y nuevamente con mucha prensa. Lo curioso es que luego que el ISP descartara la FQ en este último caso, ninguno de los “voceros”, dio explicaciones alguna.
Las sospechas para un rubro tan importante para vastas regiones de nuestro país y su gente, de nada sirven. Con la salud de las personas no se juega. El agro ha dado muestras suficientes y ciertas de compromiso con el bienestar de todos nuestros compatriotas, mismo compromiso y seriedad exigimos de parte de nuestras autoridades.
¿Si a usted le duele un dedo del pie, podríamos diagnosticarlo por sospecha de un cáncer muscular? Sin ser médico yo creo que no.