Por Ivan Bustamante Navarro
Estudiante de Servicio Social Universidad Santo Tomas
Puerto Montt
Lo ocurrido y difundido por todos lo medios respecto a la agresión que sufrió Pollete Vega, estudiante de Trabajo Social de la Universidad de Chile, por la sencilla razón de tener una mirada diferente a lo “hegemónico”, es un hecho que se debe repudiar sin matices independiente de la postura política que abracemos, ya que, este acto de agresión está en contra de todo el concepto de libertad de expresión que hoy tanto alardean en los medios de prensa y los políticos de turno y que repiten como si fuera una realidad para quienes se adhieren a los principios e ideas de la Derecha o a cualquier idea que no sea la izquierda.
Todo este hecho tiene un contexto; Ya que la carrera en si misma se basa en crear redes de apoyo que busca favorecer el desarrollo de vínculos humanos saludables y busca fomentar cambios sociales que deriven en un mayor bienestar para las personas. Dicho esto, la carrera tiene una fuerte corriente hacia la izquierda, ya que, toda lucha social es tomada por este sector y algunas veces instrumentalizada para conseguir sus propios fines (ejemplo de ello son Camila Vallejo, Karol Cariola, Giorgio Jackson, Gabriel Boric, que llegaron a la cámara de diputados a través de la lucha de los Pingüinos del año 2006 capitalizando sus imágenes en las marchas). ¿Porque digo esto? Porque estudiar trabajo social y ser de derecha según ellos (la izquierda) es algo contradictorio, ya que, según ellos, la derecha solo busca instalar el capitalismo y así, beneficiar solo al empresariado. Que definición mas absurda, caricaturesca y simplista, y lo peor, es que la gran mayoría de universitarios son capturados por este tipo de discursos y sin el mas mínimo cuestionamiento a la consigna se dejan llevar por estas ideas que finalmente terminan siendo totalitarias coartando todo tipo de libertad de ideas y expresión.
Yo mismo soy estudiante de Servicio Social y me indignó profundamente ver el poco y nada de pronunciamiento a favor de Pollet Vega de parte de alumnos , profesores o profesionales de la carrera.
Hoy escribo esta columna para, primero que nada, brindar todo mi apoyo a mi futura colega y segundo, hacer un llamado a no tolerar este tipo de acciones totalitaristas en las universidades y en ningún espacio de educación.
Las universidades deben ser una casa donde nacen y se debaten ideas, porque es de allí donde emergerán nuestros futuros profesionales y servidores públicos. Debemos defender las ideas sin miedo a que alguien nos ridiculice o nos quiera callar; debemos confrontar el totalitarismo ideológico y por sobre todo, debemos procurar que las autoridades de las universidades velen por la seguridad y la buena convivencia de sus alumnos.