Tras la revelación de casos de corrupción en fiscalizaciones y deficiencias sanitarias en productos cárnicos en Brasil, el que de paso ha traído gran preocupación de los consumidores de carne ingresada a nuestro país proveniente de ese país, son muchas las personas que han adoptado como medida el preferir productos nacionales, especialmente aquellas personas que trabajan en la elaboración de comidas para la venta.
Es el caso de Elizabeth Hermosilla, quien hasta hace algunos días trabaja con carne llegada desde Brasil, pero que dado a las dudas que hoy genera la calidad de esta, prefiere la seguridad que ofrece el mercado nacional lamentando lo sucedido, ya que según señalo, ella confiaba en la seguridad que entregaba un producto sellado.
Parte del malestar y temor que este problema ha generado en la trabajadora gastronómica, es que ante cualquier situación de riesgo sanitario, serán ellos la cara visible, como último eslabón de producción en la cadena.
A nivel local las carnes brasileñas siguen estando en los exhibidores de los supermercados y lo que ha llamado la atención de los clientes, es el doble rotulado que estas presentan.