Desde la llegada del Covid-19 a nuestro país, las clases no han vuelto a ser las mismas. En los momentos más duros de la pandemia -cuando el aislamiento era obligatorio- el proceso de aprendizaje fue completamente virtual en todo el sistema. Y cuando comenzó el descenso de los contagios, también se inició el retorno a los colegios.
En las universidades, sin embargo, la normalización tomó más tiempo. De hecho, a mediados del año pasado, la Superintendencia de Educación Superior endureció las fiscalizaciones para forzar a los establecimientos a normalizar las clases en aula. Con todo, al cierre del año pasado, transcurridos dos años en pandemia, miles de estudiantes mantenían una muy limitada actividad presencial.
Pero este año las cosas cambiarán. El retorno a las salas de clases en los colegios ya no será opcional, según dispuso el Ministerio de Educación, en una resolución que pone término a la educación telemática y a las alternativas híbridas. Para los centros de educación superior, eso sí, no rige esta obligatoriedad. Sin embargo, la mayoría de las casas de estudio ya anunció un retorno 100% presencial, especialmente considerando que se está en pleno proceso de postulaciones, donde la modalidad de clases surge como un elemento a considerar entre los estudiantes que deben matricularse.
En este escenario, las universidades ya han iniciado los preparativos para recibir a sus estudiantes. Claudio Elortegui, rector de la U. Católica de Valparaíso sostiene que “hay un período de cuatro semestres donde la enseñanza fue principalmente virtual y eso es realmente un período muy largo, casi la mitad de una carrera para muchos estudiantes. Entonces, hay que hacer un esfuerzo en la línea de la presencialidad”.
Fernando Purcell, vicerrector académico UC, enfatiza la importancia de recuperar la normalidad en este proceso: “Es fundamental por varias razones. Mejora la calidad de los aprendizajes, permite desarrollar de manera adecuada todas las actividades prácticas y, lo más importante, permite una experiencia universitaria integral que da la interacción entre personas que es parte del aprendizaje, porque los estudiantes no solo aprenden los contenidos, también aprender de convivir en comunidad”.
Leonor Armanet, directora de pregrado de la Universidad de Chile, coincide: “En la universidad estamos trabajando por un año académico 2022 fundamentalmente presencial, permitiendo así tanto el logro de aprendizajes que solo son posibles en esa modalidad, como la necesaria interacción y diálogo entre pares y con profesores, los que enriquecen y dan significado a la formación universitaria”.
Las medidas
Desde octubre pasado está disponible el protocolo para la realización de actividades presenciales en las instituciones de educación superior, en el contexto de la pandemia. El documento establece que los recintos deben resguardar el uso de mascarillas y asegurar la ventilación en los espacios cerrados. Y que si más del 90% de los estudiantes tiene las primeras dos dosis de vacuna, la limitante del aforo se elimina.
De acuerdo a cifras del Ministerio de Educación, hasta diciembre el 97% de los alumnos contaba con ambas dosis y un 48% con la inyección de refuerzo.
Los últimos meses del año pasado, cuando se instaló el modelo de clases híbridas, sirvieron a las universidades para alistar sus instalaciones. Eso sí, algunos recintos serán más estrictos en la estrategia de evitar contagios y, cuadrados con la estrategia de inmunización, exigirán a los estudiantes el Pase de Movilidad para ingresar a las sedes.
Así ocurre, por ejemplo, en el caso de la Usach. “Desde el punto de vista sanitario, la situación actual no depende de la universidad, sino de las personas, ya que la vacunación ha alcanzado niveles adecuados, lo que permite nuestro funcionamiento en modalidad totalmente presencial. Hoy contamos con aproximadamente el 98% de la población del plantel vacunada con su esquema completo. Y si bien no tenemos restricciones de aforo, se exigirá el uso permanente de mascarillas, Pase de Movilidad habilitado o, en su defecto, PCR negativo”, afirma su rector, Juan Manuel Zolezzi.
Ricardo Carbone, director de Gestión y Desarrollo de la Universidad Alberto Hurtado, señala que también adoptarán este requisito: “Para ingresar se pedirá Pase de Movilidad o PCR tomado en las últimas 72 horas. Se controlarán los aforos, se exigirá el uso de mascarilla y también contamos con protocolos de acción para atender las contingencias”.
En tanto, la Universidad Católica pedirá el documento cuando la ocasión lo amerite: “Para actividades de alto riesgo vamos a pedir el Pase de Movilidad y, si no lo tienen, se solicitará un test de antígeno. Por ejemplo, para actividades como las salidas a terreno e implique ir en bus. Tenemos al 98% de los estudiantes vacunados, entonces es más que nada solicitarlo por precaución para situaciones de alto riesgo. Hay que considerar que vamos a exigir mascarillas todo el tiempo”, añade Purcell.
La amenaza de ómicron
El retorno a la presencialidad de las universidades se ve amenazado por diseminación de la nueva variante: ómicron, que demostró ser altamente contagiosa. A nivel mundial los contagios alcanzaron niveles récord, y en Chile los casos también van al alza, en la última jornada se reportaron 9.454 casos nuevos, la cifra más alta desde el inicio de la pandemia.
Las autoridades universitarias observan este escenario epidemiológico con precaución. Aunque, aseguran, la prioridad es la actividad presencial, no descartan volver a implementar medidas híbridas o telemáticas.
Ana María Pavez, vicerrectora de Servicios Universitarios y Experiencia Estudiantil Unab, explica que “en un principio la prioridad está en la presencialidad. Entendemos que como país, y mundo, todavía estamos en pandemia y eso nos hace estar atentos a la evolución, las cifras, los contagios y también a los protocolos que hoy tenemos definidos, los que pueden ir cambiando. Entonces, la universidad está preparada por si varían algunos de estos protocolos; nosotros igual vamos a garantizar la continuidad académica a través de nuestras plataformas”.
Para la semana del 24 de enero, los expertos proyectan más de 15.000 casos diarios. Por esta razón, Juan Oyarzo, rector de la Universidad de Magallanes, dice que “debemos ajustarnos al escenario en que estemos. Ahora, a nivel nacional vamos a pasar los 10.000 casos de Covid-19 y si estuviéramos en marzo, este escenario no es bueno y no podríamos iniciar las clases presenciales. Febrero va a ser un mes clave para decir si vamos a seguir con la presencialidad porque los casos empezaron a disminuir o porque estamos protegidos con la cuarta dosis, pero es un panorama un poco incierto”.
Mientras, desde la Universidad Técnica Federico Santa María aseguran que “frente a ese escenario seguiremos las directrices ya definidas en nuestro protocolo, dado que desde un inicio éste contempla distintas fases con distintos grados de presencialidad, de acuerdo con la situación de la pandemia. Por lo tanto, en función de aquello evaluaremos si es necesario implementar algún cambio”.
Fuente: La Tercera
Imagen: soychile.cl