Víctimas de abusos valoran eventual revocación de nacionalidad de Ezzati

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Víctimas de abusos sexuales y la organización de Laicos de Santiago valoraron que la Comisión de Derechos Humanos del Senado haya aprobado revocar la nacionalidad por gracia otorgada en 2006 al arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, investigado por el presunto delito de encubrimiento.

La decisión fue tomada de forma unánime ayer lunes y deberá ser ratificada por la Sala del Senado y por la Cámara de Diputados. A la votación, eso sí, no asistieron los parlamentarios oficialistas Jacqueline van Rysselberghe (UDI) y Felipe Kast (Evópoli).

La máxima autoridad de la Iglesia en Chile, nacido en Italia en 1942, fue citado por la Fiscalía de Rancagua a declarar en calidad de imputado por los delitos de encubrimiento de abusos sexuales al interior del clero.

Jorge Franco, uno de los ex alumnos del Instituto Alonso de Ercilla que denuncian ser víctimas de vejámenes por parte de miembros de la Congregación Marista, manifestó que «la decisión que tomó esta comisión es importante para nosotros, los ciudadanos».

«Los criminales también tuvieron cómplices, como lo ha sido Ezzati», agregó el denunciante.

«Hoy día, el Senado y la Cámara de Diputados tienen la oportunidad de dar, nuevamente, una señal importante de que la justicia también se puede llevar a través de los representantes que nosotros hemos votado», añadió.

Laicos de Santiago: «Es lo que ha sembrado la jerarquía (eclesiástica) y la actitud de Ezzati»

Por su parte, el coordinador de la organización de Laicos de Santiago, Osvaldo Aravena, sostuvo que la decisión de ayer lunes es una señal clara de las próximas discusiones que se vienen en la Sala del Senado y, posteriormente, en la Cámara de Diputados.

«Es bastante simbólico que la comisión, de manera unánime, haya aprobado el quitarle la nacionalidad; es una evidente señal de lo que se viene en la Cámara y en la otra instancia desde el punto de vista de ratificar esta decisión», planteó.

El representante laico dijo es, además, «la consecuencia de lo que se ha sembrado desde la jerarquía (eclesiástica) y, particularmente, desde la actitud del cardenal Ezzati. Se supone que alguien que tiene nacionalidad por gracia es alguien que contribuye al bienestar, a lo positivo de la sociedad chilena, y no ha sido el caso».

Fuente: Cooperativa